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En los casos en los que no se pueda evitar la extracción de un diente o simplemente ya se ha perdido, la colocación de un implante es una de las posibles soluciones. Hay muchos pacientes que no contemplan esta alternativa pensando en que es un tratamiento muy doloroso y que posteriormente van a notar “un tornillo” metido en la boca pero ambas cosas no son ciertas.

En relación al dolor, se podría asemejar a la extracción de un diente; hay pacientes que pueden tener más molestias que otros pero, en la gran mayoría de casos, éste se elimina simplemente con ibuprofeno. Por otro lado, al igual que no notamos las raíces de los dientes tampoco se nota el implante, es más, por este mismo hecho se tienen que utilizar materiales muy duros en las coronas ya que de lo contrario se romperían por hacer excesiva fuerza a la hora de masticar.

A diferencia del resto de tratamientos, los casos de estética tienen la peculiaridad de que se realizan pudiendo no existir ninguna problema físico, únicamente se busca mejorar visualmente la imagen de los dientes y por lo tanto un mejor aspecto de la boca. No obstante, el hecho de que no “cure” no significa que sea menos importante ya que una sonrisa bonita nos ayuda a tener mayor autoestima, que nos vean mejor y que tengamos unos dientes aparentemente más sanos.

Existen varios tipos de tratamientos estéticos, desde pequeños retoques como rebajar mínimamente un diente para provocar un efecto visual de alineamiento, alargar una o varias piezas, etc. pero uno de los que más se demandan por su resultado claramente apreciable es el blanqueamiento. Éste último incluye, aparte del tratamiento, unas pautas previas para reducir la posible sensibilidad, unas instrucciones para que sea lo más eficaz posible y unas visitas periódicas para controlar la evolución.

La periodoncia se encarga básicamente del cuidado de las encías, elemento fundamental de la boca ya que son la barrera natural contra las bacterias y demás elementos dañinos.

Es común pensar que es normal que cuando nos cepillamos los dientes nos sangren las encías pero este en uno de los indicadores de que existe inflamación de encías (gingivitis) lo que, si no se trata, puede derivar en una periodontitis, también conocida como “piorrea”, lo que conlleva a una destrucción de hueso, movilidad de los dientes y finalmente perdida de piezas dentales.

Por diferentes factores hay personas que tienen más propensión a tener este tipo de enfermedades que otras pero en cualquier caso es necesario lo que todos los odontólogos recomiendan: controles cada 6 meses.

Todos conocemos más o menos la función de los “aparatos”, incluso sabemos que existen fijos y de “quitar y poner” pero por regla general cuando pensamos en la ortodoncia nos viene a la mente un niño. Evidentemente, los niños a partir de 6 años se deberían realizar revisiones periódicas para verificar la posición de los dientes y, por ejemplo, analizar la posibilidad de necesitar algún aparato para hacer sitio a las piezas definitivas que están por salir.

Pero actualmente cada vez más adultos se están poniendo ortodoncia ya que se gana no solo estética sino funcionalidad, lo que va a provocar tener menos problemas en un futuro. Asimismo, hoy en día una adulto con ortodoncia demuestra que se preocupa por su boca y, por extensión, cuida su cuerpo.

Con el objetivo de mantener la máxima higiene posible y evitar problemas de encías, en Ismar Dental incluimos en el tratamiento limpiezas cada 4 meses, además de las visitas periódicas que la propia ortodoncia requiere.

En odontología, los actos quirúrgicos, a excepción de las extracciones, suele ser un paso dentro de un tratamiento global.

Algunos ejemplos podrían ser los casos de ortodoncia que se tiene que quitar el frenillo para poder juntar los dientes, la colocación de implantes también, la creación de hueso, la eliminación de quistes, etc.

Independientemente de la cirugía, siempre se realizará mediante anestesia local y es importante seguir los consejos que le darán nuestros profesionales para después del tratamiento (aplicar hielo, dormir incorporado…).

Las caries están provocadas por un cúmulo de bacterias que atacan el esmalte. Empiezan en la superficie de los dientes debido a diferentes factores y van creciendo causando molestias en contacto con el frío, el calor o el dulce. Lo que a veces nos puede parecer una simple manchita negra, debajo suele esconder una caries de mayor o menor gravedad. Mediante los empastes, nos encargamos de eliminar estas caries y reconstruir los dientes, sellando el más herméticamente posible el espacio que se ha generado y restituyendo la estética del diente afectado.

Este tratamiento se conoce popularmente como matar el nervio aunque en realidad no se “mata” sino que lo que se hace es extraerlo, debiendo eliminar parte del diente para llegar a la cavidad donde se encuentra.

El motivo más común para realizar una endodoncia es porque una infección ha llegado al nervio lo que suele ir unido a dolor en el diente afectado.

Una vez extraído el nervio, se rellena la cavidad y, dependiendo de la cantidad de diente que queda, se reconstruye mediante materiales estéticos o, en la mayoría de los casos, se tiene la necesidad de colocar una funda.

La odontopediatría no solo existe porque los niños necesitan de un trato especial sino porque los dientes de leche no son menos importantes que los definitivos.

Los primeros contactos de los niños con el dentista no tienen porque ser traumáticos ni han de verlo como un castigo sino alguien cercano que les cuida y les ayuda a tener los dientes sanos. Para ello, el trato de todo el equipo professional es importante pero una pieza clave está en los padres, si nuestros hijos ven que nos cepillamos los dientes, vamos sin miedo al dentista, etc. ellos harán lo mismo.

Los dientes de leche no solo tienen una función masticatoria a “la espera” de que salgan los definitivos sino que son la guía de los definitivos y por ello debemos cuidarlos tanto o más que los definitivos. Hay que tener presente que pueden tener los mismos problemas que las piezas definitivas.

La función de cualquier prótesis dental es reponer los dientes perdidos, consiguiendo así, restablecer el habla (por ejemplo, con la falta de algunos dientes el aire se cuela entre ellos), la masticación, la anatomía, la estética y el confort psicológico.

Existen, básicamente, dos tipos de prótesis: fijas y removibles. En el caso fija, es decir, que el paciente no tiene que sacarlas para su limpieza, aunque, como los dientes, también requieren de una limpieza diaria. Su tamaño y forma imitan a los dientes naturales. Con estas prótesis se consigue la máxima comodidad y bienestar psicológico. En estas prótesis existes 2 posibles lugares donde podemos colocarlas:

–Sobre dientes naturales: son las conocidas fundas (coronas). Se utilizan cuando tenemos los dientes rotos, teñidos y en los dientes dónde se ha “matado al nervio”. Hoy en día disponemos de fundas libres de metal, totalmente blancas y biocompatibles.

–Sobre implantes: una vez colocados los implantes podemos unir encima de ellos fundas fijas o removible. En cualquiera de los dos casos la retención, estabilidad y comodidad psicológica que aportan son excelentes.

La función de cualquier prótesis dental es reponer los dientes perdidos, consiguiendo así, restablecer el habla (por ejemplo, con la falta de algunos dientes el aire se cuela entre ellos), la masticación, la anatomía, la estética y el confort psicológico.

Existen, básicamente, dos tipos de prótesis: fijas y removibles. Las removibles se conocen popularmente como prótesis “de quita y pon”. Su principal característica es que el paciente se la tiene que sacar diariamente para poder limpiarla. Con estas prótesis no solo se reponen los dientes perdidos, sino, que también restituimos parte de las encías y hueso. Al ser removibles conllevan un movimiento en su uso y hay pacientes que no lo toleran o rechazan.

En estas prótesis existes 2 posibles lugares donde podemos colocarlas:/p>

–Sobre implantes: una vez colocados los implantes podemos unir encima de ellos fundas fijas o removible. En cualquiera de los dos casos la retención, estabilidad y comodidad psicológica que aportan son excelentes.

–Sobre encías: son los conocidos “escalesctric” (esqueléticos) y completas. En el caso de los esqueléticos se colocan encima de las encías y dientes que le quedan al paciente, llevan ganchos y paladar metálicos. Las completas se usan cuando ya no tenemos ningún diente y se apoyan únicamente en las encías y hueso.

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